martes, 17 de noviembre de 2015

DÍA DE LA MILITANCIA - Qué es ser un militante


Los peronistas festejamos hoy el Día del Militante, evocando los  sucesos protagonizados por la militancia peronista en ocasión del segundo intento de retornar al País del General Juan Domingo Perón en el año 1972.
En octubre del 72, Rodolfo Ortega Peña dijo en una reunión: “…estén atentos, cuando salga Isabel en la tapa de la revista Las Bases con un pañuelo al cuello de color amarillo con lunares negros será la señal indicativa que el General se larga para la Argentina en veinte días”.
Después de diecisiete años de exilio y un retorno frustrado en 1964 se iba a hacer realidad la presencia de Perón en la Patria. La militancia se movilizó para recibirlo. Y Perón volvió.
Por eso, en este día, resulta indispensable entender qué es ser un militante y para eso, nada mejor que Don Arturo Jauretche:
“Militante es aquel que intenta transformar el mundo con su ejemplo; sabe que decir lo que se piensa y hacer lo que dice es el arte mayor de una noble práctica política.
Su proceder está guiado por un precepto evangélico: luchar por la igualdad entre todos los seres humanos.
Su enorme tarea se inscribe en un paradigma fraterno: “ningún ciudadano se realiza en una Nación que no se realiza”.
La cultura de la solidaridad y el trabajo le marcan el norte de las utopías revolucionarias.
Arrastrando este sublime bagaje, caerá mil veces; encontrará energía en el servicio a sus semejantes y mil veces se levantará.
Su paso por la historia sólo está justificado si es capaz de honrar la
vida: defender los derechos sociales y políticos de los desposeídos, y sostener a ultranza, poniendo el cuerpo si es preciso, una inquebrantable lealtad con el pueblo que le da su aliento.
Se apega a los principios éticos que hacen mejores a todos los humanos y ejerce las conductas morales escritas en la conciencia colectiva. Por eso el militante sólo existe como héroe colectivo; no puede expresarse como individuo sino dentro de LA MILITANCIA.
Hoy, cachuza, desperdigada y diezmada, esa tropa obstinada en escribir día a día la historia argentina vuelve a encontrar un rumbo y una esperanza. Hacen frente a un enemigo implacable: “la raza maldita de los explotadores” y sus mandaderos: los que tienen, siéndolo o no, “alma de oligarcas”.
Para defender el sueño de una patria justa, libre y soberana, soldados incansables de la igualdad, la libertad y la democracia alimentarán la llama inextinguible de nuestra pasión argentina.

El aluvión de la militancia popular se levantará otra vez como el batallón escogido de un ejército invencible: el de la clase trabajadora argentina.”

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